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José Ramón Silveira | Presidente de la Asociación Gallega de Psiquiatría y médico adjunto del Chuac

"Esperamos un repunte de pacientes en psiquiatría al acabar el confinamiento"

"El estrés y traumas vividos pueden generar ansiedad o trastornos de pánico y hacer que surjan otras dolencias para las que el paciente tenía predisposición genética"

"Esperamos un repunte de pacientes en psiquiatría al acabar el confinamiento"L.O.

Asegura que el estrés, el continuo estado de alarma y los episodios traumáticos vividos durante la etapa de confinamiento obligado por el coronavirus terminarán pasando factura a la salud mental de parte de la población. El presidente de la Asociación Gallega de Psiquiatría y médico adjunto del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), José Ramón Silveira, reconoce que los especialistas ya se preparan "para un repunte de casos" cuando todo vuelva a la normalidad. Para sobrellevar mejor la cuarentena y aliviar el estrés que la pandemia causa en la gran mayoría de los ciudadanos tiene clara la receta: "Es fundamental dormir bien, pero también mantener motivaciones, recuperar hobbies y distribuir las actividades en el tiempo, aprender a desconectar y obligarnos a tener vivencias positivas".

¿Cómo puede afectar el confinamiento obligatorio a la salud mental?

Es una situación complicada que hay que analizar desde dos puntos de vista: los pacientes con alguna enfermedad mental establecida y la población que no tiene patologías previas diagnosticadas. Hay una primera fase del confinamiento que genera un estrés adaptativo y ahora, pasado un mes, estamos en la fase de resistencia, pero el estrés sigue minando. Esto influye tanto se tenga una patología mental previa como si no la hay.

¿Han notado en consulta un repunte de pacientes con enfermedad mental que ven agravada su situación?

Curiosamente durante las primeras semanas la demanda de ayuda fue menor de lo habitual. Solo tratamos los casos más graves, enfermedades que están ahí y que tienen una aparición fija, lo esperable. Pero ahora, en esta fase de resistencia, sí notamos un repunte en llamadas, asistencia a urgencias e ingresos de personas con enfermedades vulnerables y cuya situación se ha agravado o se han descompensado.

¿Como por ejemplo?

Un ejemplo puede ser un paciente con esquizofrenia que antes tomaba el tratamiento de forma supervisada porque acudía a un centro de día u otro motivo y que ahora lo ha interrumpido. Pacientes con depresión a los que el confinamiento les mina y precisan aumentar el tratamiento, personas con inestabilidad emocional, etc...

¿Y qué efectos puede tener la cuarentena en el resto de la población?

La población que no tiene una patología psiquiátrica previa se ve sometida al mismo estrés porque ha habido un cambio de vida, de los hábitos y esto supone un desequilibrio para la gran mayoría de la gente. El estar más alerta, el entorno, incluso el aburrimiento, todo hace que aumente nuestro estrés y que la mente, cuya labor es pensar, funcione más de lo habitual. Estamos acostumbrados a hacer las cosas de una determinada manera y no dos ha dado tiempo a adaptarnos. Esto hace que algunas personas ya empiecen a mostrar síntomas o sufrimientos, no se puede hablar de patologías pero sí de que desarrollan ciertos cuadros y precisan apoyo, ciertos ajustes.

Los problemas ¿pueden aparecer una vez se recupere la vida normal?

Sí. De hecho esperamos un repunte de pacientes y ya nos preparamos para ello. A la situación de estrés vivida se suman traumas que han sufrido algunas personas que han tenido pérdidas complicadas o que tuvieron que confinarse sin tener contacto con un afectado por coronavirus. Es duro, hay angustia, estrés y esto generará en algunas personas patologías de tipo ansioso, es decir, trastornos de pánico, ansiedad, no poder frenar la producción de preocupaciones, etc... Pero además sabemos que hay otras enfermedades mentales como la esquizofrenia en donde hay una predisposición genética de base para que aparezcan y que situaciones de estrés puede favorecer un debut. Igual que está comprobado que el consumo de drogas como el cannabis o la cocaína pueden favorecer que se desarrolle esa patología para la que hay predisposición genética, una situación de estrés como la actual, también. Esto no quiere decir que el volumen total de pacientes con patología mental vaya a ser muy superior de repente ni que vayamos a registrar un repunte masivo de casos porque es cierto que ahora hay un consumo menor de drogas y se ven menos casos por este motivo. Hay ya artículos de cómo se está viviendo en China y nosotros ya nos preparamos para el repunte que esperamos. Otra cosa es el llamado síndrome del quemado del que también se hablaba que son personas desmotivadas por el trabajo, por la vida en familia en el hogar, pero creo que un mes es poco tiempo y no se va a llegar a esta situación.

¿Cómo evitar esta situación de estrés durante el confinamiento?

El sueño, dormir bien es fundamental. El estrés supone un desgaste y hay que recuperarse. Es como si salgo a correr y por la mañana me hago un maratón, por la tarde no puedo correr otro, el cuerpo necesita recuperarse. En este caso la mente también y en esto influyen mucho los hábitos. Hay que intentar levantarse siempre a la misma hora y seguir unos rituales: ducharse, vestirse y no estar en pijama, salir de la cama porque solo hay que estar para descansar, etc... Para no estropear el sueño también es importante no estar todo el día en el sofá. Aunque no sea hacer ejercicio, porque hay gente que no lo hacía y no quiere empezar ahora, al menos caminar de forma suave por casa o realizar otras actividades como yoga o taichi.

¿Y si hay problemas para conciliar el sueño?

Ocurre porque la mente sigue rumiando aunque nos vamos a la cama. En ese caso no hay que inquietarse, ni levantarse a ponerse a hacer algo que nos active. Hay que engañar a la mente, que se centre en otro tema pero que a su vez el nivel de activación sea bajo para poder dormirnos. En esto ayuda coger una revista, un periódico o un libro pero que ya hayamos leído y que releamos una y otra vez. O también ver una película que no sea de acción y que ya hayamos visto.

La mayoría de expertos aconsejan marcarse unas rutinas en las actividades diarias para sobrellevar mejor el no salir de casa.

Sí, hay que intentar mantener motivaciones, recuperar hobbies... La clave está en implicarte en las actividades ya sea cocinar, limpiar la casa... y saber distribuirlas. Hay quien me dice que lo limpió todo los primeros días, es mejor distribuirse. Y también es importante obligarnos a tener vivencias positivas durante el confinamiento. Llamar a los seres queridos y hablar de temas de pasado, recuperar antiguos amigos, buscar información sobre una afición que tengamos o lugares a los que queremos viajar... Se trata de no buscar solo el número de muertos en Madrid, está bien seguir las noticias pero hay que intentar no centrarse solo en el tema del coronavirus.

Con el aumento del teletrabajo son muchos los que no logran desconectar de su empleo, ¿es normal?

Es uno de los grandes problemas. Igual que digo que hay que salir de la cama después de siete u ocho horas para luego poder dormir mejor, el problema con el teletrabajo es que el lugar de descanso se convierte en el lugar de trabajo y eso hace que la mente siempre esté activada, que veamos el ordenador y suframos una intromisión en la mente y empecemos a pensar en cuestiones del trabajo.

¿Cómo se soluciona cuando uno debe trabajar desde casa?

Hay que buscar un sitio específico para el teletrabajo que esté apartado, de modo que cuando estés en tu hora de reposo no sufras intromisiones en la mente, ni pienses en algo del trabajo. Si el ordenador está en la mesa del comedor, por ejemplo, en esas horas de descanso lo verás y no podrás desconectar.

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