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Tras Meirás, el punto de mira en Cornide

El Ayuntamiento pagó por la reforma de la Casa Cornide, cuando ya era propiedad privada de los Franco, cuatro veces más de lo que había ingresado con la venta del inmueble

Tras Meirás, el punto de mira en CornideVíctor Echave

La Real Academia de Bellas Artes, en un informe encargado por el Concello de A Coruña, desgrana el proceso mediante el cual la Casa Cornide, de titularidad pública, acabó en manos de la familia del dictador Francisco Franco en 1962. Los pormenores del proceso aventuran, al igual que en el caso de la adquisición del pazo de Meirás, un posible fraude, diseñado con el fin de evitar la adjudicación directa a Franco de un bien público. El dictamen constata que el Ayuntamiento abonó 1,2 millones de pesetas en la reforma de la Casa Cornide entre 1963 y 1964, dos años después de habérsela vendido por 300.000 pesetas a Pedro Barrié de la Maza, que se la regaló a Carmen Polo, esposa del dictador.

El inmueble, que debe su nombre a la familia del ilustrado coruñés José Cornide, cuyo padre fue su primer propietario y constructor, pasó por numerosas titularidades y usos antes de terminar en manos de los Franco. Fue por iniciativa del pintor José Seijo Rubio, entonces director del Museo provincial de Bellas Artes, que el Concello compra el señorial edificio del 25 de la Calle Damas. La propuesta sería aprobada por todos los miembros de la Comisión Municipal Permanente de 1948, un dato que revela la consideración de bien patrimonial de primera magnitud de la que gozaba el edificio ya en aquel entonces, según consta en el informe de Bellas Artes, encargado en el proceso abierto por el Concello el pasado mandato para evaluar la opción de reclamar la recuperación del inmueble.

El inmueble, ya en calidad de propiedad del Estado después de que sus anteriores dueños efectuasen una declaración para excluir a la Casa Cornide de su patrimonio, se convierte en lo sucesivo en la sede de numerosas instituciones. Con el objetivo de alojar en sus instalaciones el Conservatorio de Música, la Casa Cornide es adquirida por el Ministerio de Educación, una pretensión que resultaría fracasada dadas las limitadas dimensiones del palacete.

Es entonces cuando Gobierno central y Ayuntamiento pactan una permuta en 1961: la Casa Cornide a cambio de un solar en San Roque de Afuera. El inmueble pasa a ser entonces de propiedad municipal, aunque por poco tiempo, ya que solo un año después se decide su salida a subasta pública. En una sesión extraordinaria del Concello se pactan, por unanimidad, los términos en los que el palacete saldrá a la venta. El acuerdo incluía la prohibición al nuevo dueño de efectuar obras en la propiedad sin autorización municipal y de venderlo en el plazo de diez años salvo "atención a la persona a cuyo favor se quiera hacer" el traspaso o cesión, una cláusula imprescindible para entender la posterior cesión del inmueble a Carmen Polo.

Es entonces cuando entra en escena una de las figuras clave del proceso que daría con el palacete en propiedad del dictador: Pedro Barrié de la Maza, presidente del Banco Pastor, amigo íntimo del Caudillo y otrora miembro de la Junta Pro Pazo, entidad que en su día propició la donación de Meirásdonación. Sería este prohombre del régimen quien ganaría la puja al presentar la oferta de 305.000 pesetas, la más elevada de las dos únicas que participaron en la subasta. La otra, de cuantía mucho menor, la propondría el subjefe del Movimiento en A Coruña, José Luis Amor Fernández.

LA IMPLICACIÓN DEL CONCELLO

Ya en la misma oferta, Barrié de la Maza hizo constar su intención de regalar la propiedad a Carmen Polo de Franco. Por aquel entonces, era bien sabido la pretensión de la mujer de Franco de adquirir una residencia en la ciudad, dadas las molestias que ocasionaba tener que abrir el pazo de Meirás para estancias cortas, dadas las dimensiones y requerimientos de mantenimiento de este. Así lo dejó constar el secretario personal del caudillo, Ricardo Catoira Garaboa, en una misiva dirigida al Subsecretario de Hacienda en Madrid, Juan Sánchez-Cortés.

Es así que el ayuntamiento acepta los términos propuestos por Barrié de la Maza y le exime de las cláusulas anteriores, por lo que Carmen Polo se hace con la propiedad de la Casa Cornide, en atención, según el acuerdo municipal, del "alto honor que significa para la ciudad el hecho de que la Señora [sic] elija la misma como sede para una de sus residencias". Un año después, el Ayuntamiento concedió al Conde de Fenosa la Medalla de Oro de la ciudad.

Más curioso resulta, sin embargo, lo que ocurre en los años sucesivos, en los que el Concello, al que ya no unía ninguna relación de propiedad con la Casa Cornide, destina una serie de partidas económicas para cubrir los gastos derivados de la rehabilitación y reconstrucción. Las facturas conservadas en el Archivo Histórico Municipal revelan cuantías que ascienden hasta el millón de pesetas, certificaciones en las que consta la firma del arquitecto municipal. Este importe, sumado a las 177.944 pesetas abonadas en 1963, cuando la casa ya era de los Franco, arroja que el Ayuntamiento pagó por la reforma del edificio cuatro veces más que el dinero que consiguió con su venta.

Ayer el BNG reclamó su devolución alegando amaño en aquella puja. Así lo expuso el portavoz nacionalista, Francisco Jorquera, cuya formación llevará a pleno una iniciativa para que el Concello inicie acciones legales para recuperar la Casa Cornide, replicando la demanda interpuesta por la Abogacía del Estado en lo relativo a Meirás. Los nacionalistas argumentan que este nuevo escenario abierto por los letrados del estado "obliga" al Concello a emprender la vía legal para con Cornide.

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